Texturas y colores se funden en esta exposición inspirada en la geología y paleontología en esta exposición de Querol.
Tendría unos ocho años cuando Carlos Alcalá, pintor y maestro de pintura de no pocos zagales de Belchite, nos llevó de excursión al barranco de Bocafoz. Fascinado por aquella discreta maravilla geológica y paleontológica, aquel día cambió para siempre mi forma de ver la piel de nuestro planeta.
Las texturas y colores de esas pétreas arrugas que afloran en Bocafoz son la inspiración de esta serie de imágenes. Un viaje de 200 millones de años (Triásico-Jurásico inferior y medio) a lo más recóndito de nuestra historia como seres vivos. Una invitación a observar delicadamente y disfrutar de los oníricos mundos abstractos que nos regalan las rocas.